31 mayo 2005

Yo, la peor de todas

Ante la desaparición misteriosa de un hombre, su mujer (única sospechosa del hecho) es condenada por homicidio. En una desgarradora escena antes de ir a prisión, nuestra protagonista da en adopción a su hijo.
Pero por esas vueltas que la vida tiene (y que los guiones de las películas simplifican bastante para que la historia quepa en hora y media) al poco tiempo, descubre desde la cárcel que el presunto finado anda vivito y coleando... disfrutando del dinero de su propio seguro de vida. Obviamente, también cae en la cuenta de la ¨colaboración involuntaria¨ que ella ha prestado a este retocido plan.
Seis años de encierro soporta aferrándose únicamente a tres objetivos: lograr la libertad condicional, recuperar a su hijo y (protegida por la cuarta enmienda, que impedía juzgarla dos veces por el mismo delito), matar a su marido.
Esta vez sin trucos.
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De haber estado conectada en ese momento a un montón de electrodos que registraran la intensidad emocional que me generó esa película, creo que hubiera hecho saltar la térmica del edificio. .
Y pensar que hay días, momentos, minutos, décimas de segundo... en los que sin película que me excuse, sin ser víctima de nadie y sin participar involuntariamente de planes retorcidos, me vienen unas ganas locas de asesinar a alguien!. En mi defensa podría alegar que esta chiripiolca nunca carece de lo que suelo considerar ¨buenos motivos¨.
Menos mal que no paso de las ganas.
Menos mal que no tengo una 4ta. enmienda protectora.
Menos mal que el loco es loco, pero no come vidrio.
Pero por sobre todas las cosas, menos mal que además de todos los ¨menosmales¨, tengo una conciencia moral que no me deja ni a sol ni a sombra. Porque viviendo en el país de la impunidad ¿quién podría pedirme que tuviera una?

¿Nuestros legisladores sabrán dónde se compra? ;-)


¨Las chicas buenas van al cielo, las chicas malas van adonde quieren¨.

17 mayo 2005

Cuánto tiempo cabe en un reloj?



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¨Quiero tiempo
pero tiempo no apurado
tiempo de jugar que es el mejor.
Por favor me lo da suelto y no envasado
adentro de un despertador.¨
María Elena Walsh

¡Hoy encontré TIEMPO!.
Bueno, para qué exagerar... encontré un reloj.
No es de platino. No tiene incrustaciones de piedras preciosas (ni mucho menos).
Es sencillo. Tiene el vidrio roto, la malla desarmada y todavía no me fijé, pero dudo que ande.
Incluso en este momento se me está ocurriendo que tal vez, si he tenido la dicha de encontrarlo es porque primero alguien quiso deshacerse de él...
Pero el hecho es que lo encontré yo.
Y eso es bueno, teniendo en cuenta que de no haber pasado por allí en el momento oportuno, pudo haber caído en manos cualquier otro :-)
¡Hacía tánto rato que mantenía mi puesto en ¨el top de los 40 principales de Perdedores de Cosas¨, que celebré el hallazgo como si tuviera delante unas de las joyas del Faraón.
(...)
Bien, amigos! acabo de comprobar que, efectivamente ¡no funciona!
Así que como les venía diciendo? ejem! el que encontré, no es un tiempo cualquiera ¡es tiempo ETERNO!
Qué quiere decir eso en un sentido pragmático?
Que a partir de hoy, ante cualquier apuro, bastará con mirar sus agujitas marcando invariablemente las cinco y cuarto, para respirar hondo, tranquilizarme y pensar ¨qué bueno! todavía falta! todavía puedo mejorar, todavía puedo intentarlo, todavía no pasó el último tren, todavía... todavía!¨.
Por otra parte (sigo intentando convencerme a mi misma) si habitualmente el tiempo me falta y hasta un refrán popular reza que ¨el tiempo es oro¨ -yo, que no nací para brillar resolviendo ejercicios de lógica formal, me considero autorizada a inferir que- encontré el tesoro que me estaba faltando!
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P.d.: Ejercer el autoengaño a conciencia, ¿no es dominar un difícil arte...? (je!).

05 mayo 2005

Quién me escribe hoy?

¨Le pregunto a esta mano quién me escribe,
quién me saluda siempre, quién me peina...
Cada mañana ella me viste, gira un oscuro cerrojo
y me despide.
No soy mi mano pero en mano empiezo,
no soy mi cuerpo, pero en cuerpo acabo,
y ya no sé cómo escapar, burlarme,
de esa náusea de máscaras y voces
que me rodean siempre que despierto.
Si encontrara el camino aprendería a detener el río
de ese espejo,
para saber que estoy, quién soy, qué sigue,
hasta mirar entero allí en mi sitio,
desde mi mano a mí,
cada mañana llego a mi cuerpo y vuelvo a visitarme.¨
(Jorge Meretta)
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¿Cómo hago para conciliar el sueño después de apropiarme de semejante pregunta?
Sin contestarme antes qué personaje habita en mí mientras escribo lo que ahora estoy escribiendo?
Mi alter ego filosófico -respondería Yula-racional-... uno más profundo o menos frívolo que Lady Godiva -diría Yula-autocrítica-lapidaria.
Pero hoy no me importa lo que digan otros. Ni siquiera mis otros yoes ;-)
Sólo quiero saber quién me escribe.
Y no para escaparme, ni para detener el río.
No me dan náuseas mis disfraces.
Quiero usarlos el año entero, de Carnaval a Carnaval.
Y cada vez que me desvista, junto con ellos despojarme de la angustia... hasta la última pelusa!
Pienso. Luego insisto... e insisto! ¿quién me escribe hoy, por ejemplo, que se ríe y piensa (al mismo tiempo)?
Quién me escribe hoy que me gusto y no me conozco?