17 mayo 2005

Cuánto tiempo cabe en un reloj?



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¨Quiero tiempo
pero tiempo no apurado
tiempo de jugar que es el mejor.
Por favor me lo da suelto y no envasado
adentro de un despertador.¨
María Elena Walsh

¡Hoy encontré TIEMPO!.
Bueno, para qué exagerar... encontré un reloj.
No es de platino. No tiene incrustaciones de piedras preciosas (ni mucho menos).
Es sencillo. Tiene el vidrio roto, la malla desarmada y todavía no me fijé, pero dudo que ande.
Incluso en este momento se me está ocurriendo que tal vez, si he tenido la dicha de encontrarlo es porque primero alguien quiso deshacerse de él...
Pero el hecho es que lo encontré yo.
Y eso es bueno, teniendo en cuenta que de no haber pasado por allí en el momento oportuno, pudo haber caído en manos cualquier otro :-)
¡Hacía tánto rato que mantenía mi puesto en ¨el top de los 40 principales de Perdedores de Cosas¨, que celebré el hallazgo como si tuviera delante unas de las joyas del Faraón.
(...)
Bien, amigos! acabo de comprobar que, efectivamente ¡no funciona!
Así que como les venía diciendo? ejem! el que encontré, no es un tiempo cualquiera ¡es tiempo ETERNO!
Qué quiere decir eso en un sentido pragmático?
Que a partir de hoy, ante cualquier apuro, bastará con mirar sus agujitas marcando invariablemente las cinco y cuarto, para respirar hondo, tranquilizarme y pensar ¨qué bueno! todavía falta! todavía puedo mejorar, todavía puedo intentarlo, todavía no pasó el último tren, todavía... todavía!¨.
Por otra parte (sigo intentando convencerme a mi misma) si habitualmente el tiempo me falta y hasta un refrán popular reza que ¨el tiempo es oro¨ -yo, que no nací para brillar resolviendo ejercicios de lógica formal, me considero autorizada a inferir que- encontré el tesoro que me estaba faltando!
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P.d.: Ejercer el autoengaño a conciencia, ¿no es dominar un difícil arte...? (je!).

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